La información sobre salud y nutrición está en todas partes. Cuando navegas por Instagram o TikTok, es probable que veas a algún influencer promocionando afirmaciones dietéticas incorrectas cada dos o tres publicaciones.
Desafortunadamente, incluso los médicos y dietistas son culpables de popularizar información errónea en las redes sociales y otras plataformas.
A continuación se presentan 5 mitos nutricionales comunes que es necesario eliminar.
1. Coma de 4 a 6 comidas pequeñas al día para una salud óptima
Probablemente hayas escuchado que comer comidas pequeñas y frecuentes a lo largo del día es la mejor manera de acelerar el metabolismo y perder peso. Este es un error muy común. Si bien es cierto que la digestión de una comida aumenta ligeramente el metabolismo, la cantidad de alimentos ingeridos en un momento determinado es lo que determina cuánta energía se utiliza para digerirlos.
Ya sea que comas 6 comidas de 400 calorías cada una o 3 comidas de 800 calorías cada una, no hay diferencia en la cantidad de energía que tu cuerpo utilizará durante la digestión. Los estudios demuestran que comer con mayor frecuencia no promueve la pérdida de peso ni una salud óptima.
En realidad, todo depende de lo que funcione mejor para usted y su estilo de vida. Si tiene hambre entre comidas, coma un refrigerio equilibrado para mantener estables sus niveles de energía. Si está demasiado ocupado para comer de 4 a 6 veces al día, coma 3 comidas más abundantes para satisfacer sus necesidades energéticas.
2. Todos los alimentos con alto contenido de colesterol son perjudiciales para la salud
A menudo se piensa que los huevos son algo que se debe evitar debido al colesterol presente en las yemas. Los alimentos con alto contenido de colesterol se consideran poco saludables debido a la información errónea sobre cómo el colesterol de la dieta afecta los niveles de colesterol en sangre y la salud cardíaca.
Si bien la genética puede hacer que las personas sean más sensibles al colesterol, la mayoría de las personas pueden consumir alimentos ricos en nutrientes y colesterol como parte de una dieta saludable sin consecuencias negativas para la salud.
Algunos alimentos con alto contenido de colesterol, como los huevos y el yogur entero, también son muy nutritivos. Estos alimentos pueden incluso favorecer la salud al aumentar la sensación de saciedad y aportar vitaminas y minerales que otros alimentos no aportan.
Si te gustan los huevos, los camarones u otros alimentos que contienen colesterol, puedes disfrutarlos como parte de una dieta equilibrada sin ningún riesgo significativo para la salud de tu corazón.
3. Los carbohidratos te hacen ganar peso
En todas partes, las revistas, los sitios web y las publicaciones en las redes sociales insisten en que los carbohidratos hacen que engordemos y que debemos evitarlos. La creencia popular es que consumir carbohidratos causa obesidad, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud.
En realidad, los carbohidratos proporcionan energía al cuerpo, al igual que las grasas y las proteínas. El cuerpo utiliza los carbohidratos como fuente de energía de manera muy eficiente. De hecho, los carbohidratos son la fuente de combustible preferida del cuerpo.
Se ha demostrado que el consumo de carbohidratos complejos nutritivos ricos en fibra, vitaminas y minerales favorece la salud, no la perjudica. Una mayor ingesta de cereales integrales, frutas y verduras se asocia con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes y otros problemas de salud.
Los carbohidratos simples, como las galletas, los pasteles, los dulces y las bebidas azucaradas, deben consumirse en equilibrio con alimentos más nutritivos (consulte nuestra mezcla de brownies de proteínas ). Para promover una salud óptima, estos alimentos deben constituir solo una pequeña parte de su dieta.
No existe ningún alimento o macronutriente que haga que no estés sano o que subas de peso. Consumir calorías que superan las necesidades energéticas del cuerpo, sin importar de qué alimento provengan, hará que subas de peso.
4. Comer de noche provoca aumento de peso
Un mito común es que asaltar la despensa después de las 8 p. m. provoca un aumento de peso o dificulta los esfuerzos por perder peso. Este concepto erróneo proviene de la idea de que comer por la noche va en contra del ritmo circadiano natural del cuerpo. El ritmo circadiano es un reloj interno que le dice al cuerpo cuándo dormir y cuándo despertarse. Según este reloj biológico, la noche es para descansar, no para digerir.
Algunos estudios realizados en animales respaldan esta hipótesis, pero otros estudios realizados en seres humanos demuestran que la hora del día no influye en el aumento de peso. Una vez más, lo que provoca cambios en el peso es la cantidad que se come, no cuándo se come.
Una cosa que vale la pena considerar es que si comer por la noche hace que tu ingesta calórica diaria total sea mayor que la que tu cuerpo gasta, esto probablemente causará un aumento de peso con el tiempo.
Si tienes hambre por la noche, elige tentempiés equilibrados que incluyan una fruta o verdura y algo de proteína. Esto ayuda a retardar la digestión y te mantiene saciado durante más tiempo. Además, obtendrás una ración extra de fruta y verdura. Prueba un batido de proteínas con Naked Shake , leche vegetal y fruta congelada.
5. Los aceites de semillas son perjudiciales para la salud
Este es un nuevo mito sobre la dieta que ha surgido en las redes sociales recientemente. En los Estados Unidos, el consumo de aceites vegetales ha aumentado sustancialmente en los últimos 100 años. Los aceites de semillas se extraen de las plantas y se utilizan para cocinar, hornear y en alimentos procesados.
Aunque la mayoría de los profesionales de la salud consideran que los aceites de semillas son saludables, recientemente ha habido preocupación por la cantidad de ácidos grasos omega-6 que contienen estos aceites.
Es necesario consumir ácidos grasos esenciales omega-3 y omega-6 en la dieta, ya que el cuerpo no puede producirlos por sí solo. Se recomienda consumir cantidades similares de ácidos grasos omega-6 y omega-3, lo que sugiere que una proporción de 1:1 es la mejor para mantener una salud óptima. A medida que la dieta occidental ha evolucionado con el tiempo, la proporción ha cambiado drásticamente y ahora está más cerca de 20:1 . La mayoría de los estadounidenses consumen más ácidos grasos omega-6 que omega-3.
Algunos investigadores creen que una mayor ingesta de omega-6 en comparación con la ingesta de omega-3 puede desempeñar un papel en el aumento de la inflamación . Sin embargo, las investigaciones que examinan cómo los ácidos grasos omega-6 afectan la salud en general no respaldan que estas grasas provoquen un aumento de la inflamación.
De hecho, los estudios muestran que comer altas cantidades de ácido linoleico (omega-6) no parece tener ningún efecto sobre los marcadores sanguíneos de inflamación.
Las investigaciones actuales no respaldan la afirmación de que los aceites de semillas sean perjudiciales para la salud; sin embargo, si está preocupado, elija aceite de oliva o mantequilla en lugar de margarina y otros aceites vegetales (aceite de maíz, aceite de maní, aceite de sésamo, aceite de soja, aceite de semilla de algodón, aceite de girasol) con más frecuencia.
Conclusión
La desinformación sobre salud y nutrición está por todas partes, especialmente en las redes sociales. La nutrición, al igual que la medicina, es una ciencia en constante evolución. A medida que se dispone de más investigaciones, las recomendaciones cambian, lo que no hace más que aumentar la confusión del público.
La cultura de la dieta y los mitos sobre la nutrición llegaron para quedarse, pero cuestionar lo que lees y educarte puede ayudarte a desarrollar un patrón de alimentación nutritivo y sostenible que funcione para tus necesidades individuales y las de tu familia o pareja.