Si eres vegano o vegetariano, conoces la dificultad de satisfacer tus necesidades proteicas. Por supuesto, con una planificación y una investigación adecuadas, es posible lograrlo. En un esfuerzo por facilitar el proceso, muchos deportistas veganos y vegetarianos recurren a los polvos proteicos veganos , productos diseñados para ayudarte a obtener una dosis sólida de proteínas en un envase práctico.
Sin embargo, el hecho de que esté etiquetado como “vegano” no significa que ese producto en particular sea automáticamente la mejor opción. De hecho, hay muchas cosas que se agregan a las proteínas veganas en polvo que son… menos que deseables.
Hay una sustancia en particular que es muy común en los polvos de proteína vegana y que debes tener en cuenta. Más concretamente, debes evitar esta sustancia química.
El culpable
En concreto, estamos hablando de una sustancia llamada “aislado de proteína de soja”. Como habrás notado, los polvos de proteína vegana rara vez se componen de una sola fuente de proteína (una práctica que genera una lista completa de otros problemas que no analizaremos aquí). Entre los polvos más comunes que se incluyen en la mezcla se encuentra una proteína derivada de la soja y procesada para que contenga una mayor concentración de proteína que otras opciones.
Pero, ¿cuál es el problema? La soja, a pesar de su excelente reputación como una rara fuente vegetal de proteína completa, plantea varias preocupaciones. Por un lado, la soja puede causar reacciones alérgicas graves en algunas personas. Esto hace que la práctica habitual de añadir soja a las proteínas en polvo sea una medida arriesgada. Si tienes una alergia conocida a la soja, deberás tener cuidado y evitar cualquier proteína vegana en polvo que contenga aislado de proteína de soja o cualquier otro producto de soja.
Pero no todo se reduce a las alergias. La soja también contiene sustancias químicas conocidas como fitoestrógenos, que actúan como el estrógeno en el cuerpo humano. Aunque la investigación ha sido variada y algo controvertida, hay algunas pruebas que demuestran que el consumo habitual de soja puede provocar alteraciones hormonales e incluso aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
Al final...
Como suele suceder, el veneno está en la dosis. Pequeñas cantidades de soja parecen ser seguras, pero ¿con qué frecuencia tomas proteína en polvo? Por lo general, lo haces a diario. ¿Hay lugar, entonces, para una sustancia química que es potencialmente peligrosa en dosis altas?
También hay que tener en cuenta que la soja (en diversas formas) también se encuentra en casi todos los alimentos procesados que consumimos. Por lo tanto, existe una posibilidad real de que el consumo de soja sea significativamente mayor de lo que se cree. La realidad es que existen muchas alternativas más seguras a la soja. Sin embargo, los fabricantes suelen recurrir a la soja porque es relativamente barata de producir y procesar.