Tanto los deportistas como los hombres comunes suelen preocuparse (aunque no siempre verbalmente) por sus niveles de testosterona. Esta hormona no solo está relacionada con la energía, el deseo sexual y el bienestar general, sino que un nivel bajo de testosterona también puede tener un impacto dramático en la composición corporal.
También es importante señalar que las mujeres también producen testosterona, aunque en niveles mucho más bajos. Está claro, entonces, que la testosterona es una sustancia química muy importante para toda la experiencia humana. Sin embargo, es especialmente clave para las personas interesadas en el fitness.
En base a esto, no es sorprendente que hayan surgido muchas teorías diferentes sobre los alimentos y las prácticas que pueden afectar los niveles de testosterona para bien o para mal.
Uno de los factores que ha sido un tema de discusión común a lo largo de los años ha sido el de los posibles efectos de una dieta rica en proteínas . Pasemos directamente a esa pregunta. ¿Una dieta rica en proteínas afecta los niveles de testosterona?
Los hallazgos iniciales
Durante mucho tiempo, se asumió que una dieta alta en proteínas tenía un impacto positivo en los niveles de testosterona, probablemente debido a la conexión entre una dieta alta en proteínas y la masa muscular.
Sin embargo, un estudio de 2007, publicado en elJournal of the American Academy of Dermatology , encontró evidencia preliminar que contradice esta opinión. En el estudio, los investigadores descubrieron que una dieta rica en proteínas en realidad reducía ligeramente los niveles de testosterona.
Ahora bien, antes de reducir a la nada la ingesta de proteínas, es importante tener en cuenta algunas cosas sobre este estudio: en primer lugar, se llevó a cabo teniendo en cuenta la salud de la piel. Los investigadores solo midieron los niveles de testosterona como una forma de controlar el acné en los sujetos. El ejercicio no formaba parte de la ecuación.
En segundo lugar, es probable que los niveles de testosterona disminuyeran porque aumentaron las concentraciones del factor de crecimiento similar a la insulina tipo 1 (IGF-1). Se sabe que existe una relación entre la testosterona y el IGF-1, pero el IGF-1 también contribuye al desarrollo muscular. Por último, la disminución de los niveles de testosterona fue muy, muy pequeña.
El otro lado
En 2010, un artículo publicado en la revistaSports Medicine informó que el ejercicio, específicamente el de entrenamiento de fuerza, tiene el potencial de aumentar notablemente los niveles de testosterona libre en el organismo. Sin embargo, esto depende de la dieta.
Por ejemplo, investigaciones anteriores habían descubierto que los individuos que quemaban muchas más calorías de las que consumían sufrían una marcada disminución de los niveles de testosterona. Sin embargo, esta disminución se ralentizaba cuando los sujetos recibían una dieta rica en proteínas.
Cabe destacar que las condiciones utilizadas en el estudio fueron extremas, diferentes a cualquier otra cosa que pueda pasar. No solo se les pidió a los sujetos que quemaran alrededor de 3940 calorías por día, sino que lo hicieron mientras comían solo alrededor de 1550 calorías. Su sueño también se limitó a solo 4,5 horas cada noche.
Poniéndolo todo junto
Entonces, ¿cómo debemos interpretar todos estos estudios aparentemente inconexos y un tanto extraños? Si bien una dieta rica en proteínas puede causar una disminución muy leve de la testosterona en personas sedentarias, provoca un aumento del IGF-1, que también estimula el crecimiento muscular.
Sin embargo, para las personas activas, una dieta alta en proteínas, combinada con entrenamiento de fuerza, puede aumentar sus niveles de testosterona.